¿Quién eres realmente?

Para mi, todo empezó con una crisis existencial…

Me levanté un día con migrañas, ataques de pánico y una incomodidad tan intensa que lo único que quería era silenciarla. Probé pastillas, antidepresivos, algunas drogas recreativas… incluso me refugié en actividades sociales para no mirar hacia dentro.

 No quería mirar hacia dentro. No quería enfrentar al gigante que había creado: mi vieja identidad. Esa versión que construí para encajar, complacer y sobrevivir… pero que ya no me sostenía.

 No quería verme al espejo. No quería abrazarme. No quería enfrentar las partes de mí que había dejado en la sombra.

Culpas, enojos, envidias, orgullos, deseos, excesos, apegos…

Todo eso me habitaba. Todo eso era yo.

Fue un proceso de evasión profunda… hasta que llegué al sapo bufo.


La muerte del ego

El sapo bufo es una rana del desierto de Sonora y Arizona. Para protegerse, secreta un veneno que, al ser inhalado en ceremonias sagradas, activa el 5-MeO-DMT, la molécula que se libera al nacer y al morir. Por eso dicen que con el bufo… mueres y renaces.

Y sí, morí. Y sí, volví a mí.

Esa experiencia fue el primer gran quiebre. El primer susurro de mi alma que me recordó que yo no era solo el ruido en mi mente o las etiquetas que había aceptado. Era algo más. 

Después vinieron otras medicinas: ayahuasca, kambó… y otras herramientas que me ayudaron a abrir capas, memorias y visiones internas.

Empecé a explorar diferentes caminos:

·       Astrología (occidental y oriental)

·       Numerología

·       Constelaciones familiares

·       Ejercicios de sombra

·       Meditaciones profundas

·       Viajes astrales

·       Registros akáshicos

Cada uno me dio pistas. Me ayudaron a verme tal cual era y el poder que tenía. Pero al final, todo me llevaba a la misma pregunta: ¿Quién soy realmente?


Yo y tu, somos….

una chispa de Dios.

Somos portales. Somos los co-creadores de esta realidad. 

Y con ese regalo, también viene una responsabilidad: la forma en que usamos nuestra energía, nuestro enfoque y nuestro tiempo.

 

Porque el mundo es mental.

Nuestra realidad no depende de lo que nos pasa, sino de sino de dónde ponemos nuestra atención y cómo decidimos interpretarlo.

Las herramientas, los rituales, las prácticas… son solo mapas. Pero la verdad es una:

 

Tú eres lo que crees que eres.

Y tú, como yo, eres una manifestación viva del Creador.

La pregunta es… ¿En qué estas poniendo tu atención y tu enfoque?

 

Ese será el resultado de tu realidad actual.

 

Nos escribimos pronto.

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¿Quién es Mei Mei? ¿Cómo nace La Experiencia de Ser Tú?